martes, 18 de marzo de 2014

Crítica

Mi crítica esta semana es contra la injusticia social que está ocurriendo en Uganda, donde se ha aprobado una ley que castiga la homosexualidad con cadena perpetua, ratificada por el presidente del país africano tras ser avalada en diciembre por el Parlamento la ley se aplicará a aquellos que realicen determinados actos homosexuales "con agravantes”.Creen que “es necesario criminalizar unas prácticas antinaturales que tan solo corrompen a la sociedad”.

Cuando vi la noticia no daba crédito, es increíble que en pleno siglo XXI se continúen aprobando leyes de este tipo que suponen una violación total de los derechos humanos. Los homosexuales son tratados como auténticos criminales, condenados por algo tan natural como el amor y que además pertenece a la intimidad de cada uno (a NADIE más le incumbe con quien te acuestas o con quien te levantas) en ningún caso hace daño a otras personas.

Estas medidas se utilizan actualmente en varios países de África, en otros se castiga con pena de cárcel y hasta pena de muerte.

Por si fuera poco, se aprobó otra ley que prohíbe el uso de prendas como las minifaldas u otras que puedan incitar deseos sexuales de personas del sexo contrario.

Esto ocurre en África, pero en España y otros lugares del mundo que presumimos ser del “primer mundo” y “países desarrollados” todavía muchas personas son gravemente discriminadas y sufren la intolerancia de la sociedad por cuestiones de sexo, raza o condición sexual.

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